Un delicioso helado con una ejecución muy rápida y fácil. Con solamente tres ingredientes, consigues un dulce con intenso sabor a chocolate.
Lo primero es derretir el chocolate, para que vaya enfriando. Si dominas la temperatura del microondas, puedes hacerlo en este, o puedes derretirlo al baño maría. Reserva.
En un bol grande, monta la nata con batidora de varillas, hasta que sea consistente. Guárdala en el frigorífico mientras mezclamos lo demás.
En otro bol más pequeño, pones la leche condensada a temperatura ambiente y añades el chocolate que tenemos derretido, y que estará templado. Remueve rápidamente, para que se mezclen perfectamente ambos ingredientes.
Una vez bien mezclados, añades esta mezcla a la nata que tienes reservada en la nevera. Mezcla mejor con la batidora de varillas que has utilizado para montar la nata. La nata se bajará, no te preocupes, sigue batiendo hasta que coja un poquito de consistencia.
Una vez que están todos los ingredientes mezclados, pon tu futuro helado, en un recipiente con tapa apto para el congelador. Repártelo y alísalo bien antes de cerrar el recipiente. Una vez cerrado, envuelve con varias capas este recipiente con film, para que no pueda entrar aire por ningún sitio. Mételo al congelador durante varias horas antes de servir.
Cuando vayas a servirlo, déjalo fuera unos 10 minutos, para que luego sea más fácil servirlo. Pica unos pistachos por encima, y sirve.