Lo primero que vamos a hacer es poner a precalentar el horno a 180ºC.
Estiramos las láminas del hojaldre, yo suelo pasarles un poco el rodillo, sin apretar mucho, es una costumbre, pero no una necesidad.
Ahora viene lo mas complicado de todo, cortar la lámina en 6 triángulos, mas o menos iguales. Te aconsejo que separes los triángulos, porque a la hora de enrollarlos es mas fácil . Nos tienen que quedar unos triángulos bastante alargados.
Ponemos una cucharadita de crema de avellanas en el lado opuesto a la punta. Y lo extendemos un poco hasta casi la mitad o más del triangulo, pero que no llegue hasta la punta.
Ahora tenemos que enrollarlos, empezando por el lado opuesto a la punta. La primera vuelta es la mas complicada (si se puede decir eso), luego ya , sólo es rodar la masa, hasta la punta y doblamos un poquito las puntas para darles forma. Esto último también es opcional, ya que si te han quedado bonitas las puntas las puedes dejar así, que también queda bien, es para gustos.
Los vamos poniendo en la bandeja del horno, en la que hemos puesto papel de hornear.
Una vez todo el hojaldre terminado, batimos el huevo y untamos los cruasanes.
Los horneamos de 20 a 25 minutos, cuando veamos que están un poquito dorados. El dorado también va para gustos, personalmente prefiero mas blanquitos. Cuidado con el dorado y el color, si es demasiado claro puede ser que no se hagan del todo. Mirad lo que dice el fabricante en cuanto el tiempo de horneado.
A media cocción mas o menos, ponemos el chocolate a derretir al baño maría, en el microondas también se puede, pero tienes que estar muy pendiente, ya que el chocolate blanco se quema fácilmente.
Una vez horneados los pasamos a una rejilla. Y los decoramos seguido, para poder comerlos pronto, que es como mejor saben.
Con una cucharilla, vamos dejando caer chocolate blanco sobre los cruasanes, en forma de hilo, y seguido echamos las virutas de colores en forma de lluvia, espolvoreando para que se queden pegadas.