Lo primero es poner el horno a 190ºC, calor arriba y abajo sin ventilador.
Prepara los tres moldes de 18 cm de diámetro cada uno. Unta el fondo con mantequilla y espolvorea con harina. Retira el sobrante de harina, sacudiendo el molde boca abajo.
Separa las claras de las yemas.
Monta las claras a máxima potencia, añadiendo la mitad del azúcar, cuando las claras empiecen a dejar marcas. Sigue batiendo has que estén brillantes. Reserva.
Bate las yemas junto con el azúcar restante y la emulsión de princesa, a máxima potencia, hasta que queden cremosas y pálidas.
Añade las yemas a las claras y mezcla con movimientos envolventes con un batidor manual, o una cuchara de silicona, por ejemplo.
Tamiza la harina por encima, y mezcla con movimientos envolventes hasta que no quede rastro de ella.
Reparte la masa en los tres moldes y alísala.
Hornea entre 20-25 minutos, con calor arriba y abajo, en el segundo nivel del horno, empezando por abajo.
Una vez horneados, deja que repose 5 minutos fuera del horno. Desmolda los bizcochos, pasando primero un cuchilla por el borde para despegarlo, y ponlo a enfriar en una rejilla.