Escoge el molde que vayas a utilizar, yo he utilizado un molde desmontable de 18 cm de diámetro. Desmóntalo y ponlo sobre la base que vas a utilizar para servir. Forra las paredes del molde con papel de hornear, y monta la tarta directamente sobre la base, por dentro del molde.
En un bol grande, bate un poco el queso con la ayuda de una espátula de silicona, hasta que sea una crema.
Añade la nata y mezcla con el queso, hasta que estén completamente integrados ambos ingredientes.
Añade la leche condensada y el zumo de limón colándolo, mezcla hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados.
Pon una capa de galletas en el interior del molde, partiéndolas si es necesario para rellenar huecos.
Con ayuda de un cazo, pon una tercera parte de la crema de limón. Extiéndela y alísala sobre las galletas.
Pon otra capa de galletas, y nuevamente pon un tercio de la crema.
Ya sólo te falta una capa de galletas y terminar con la crema. Alisa bien la última capa, y tapa con papel film el molde
Mete a la nevera un mínimo de 5 horas, aunque si es mejor de un día para otro, mejor.
Cuando vayas a servirla, abre el molde y retira el papel. Tritura dos galletas y has una decoración con ellas en la superficie de la tarta. O pon la decoración que más te guste.