Precalentamos el horno a 80ºC, y preparamos dos bandejas con papel de hornear.
En el recipiente de la batidora, o en un bol grande, ponemos las claras, junto con la sal o el cremor tártaro y empezamos a batir a alta velocidad.
Cuando las claras empiecen a montarse, añadimos el azúcar blanquilla en forma de lluvia y lentamente, sin dejar de batir.
Seguimos hasta que se formen picos duros.
Retiramos de la batidora, tamizamos encima el azúcar glass y mezclamos con la ayuda de una espátula de silicona.
Preparamos la manga pastelera, con la boquilla que más nos guste, en este caso la 1 M de wilton. Con un pincel, dibujamos unas lineas desde la boquilla hasta la mitad de la manga (como en la foto), con el colorante que queramos. Rellenamos la manga con el merengue y vamos haciendo los pequeños merengues en la bandeja.
Horneamos unas dos horas. Para saber que están secos, intentamos despegar uno de ellos, con la punta de un cuchillo o algo similar. Si se despegan fácilmente, están completamente secos.
Los sacamos y los dejamos enfriar. Si están completamente secos, pueden durar hasta tres meses en un recipiente hermético y guardarlo en un sitio seco y fresco.