Cuando estén ya todos los ingredientes fríos, empezamos montando la nata. En el bol de la batidora, o en un bol grande y una batidora de varillas, empezamos a montarla a velocidad media, y añadiendo el azúcar glas cucharada a cucharada.
Subimos la velocidad, y cuando veamos que está prácticamente montada, añadimos el queso de untar, y batimos hasta que veamos que se marcan surcos profundos y un poco amarillentos.
Cortamos los melocotones en almibar en rodajas, que iremos poniendo sobre un papel de cocina, para que absorba la humedad. El almibar lo reservaremos.
Nivelamos los bizcochos si es necesario.
Ponemos en la superficie donde vayamos a servir la tarta, un poco de dulce de leche y lo extendemos, y ponemos encima el primer bizcocho.
Pincelamos lo bizcocho con el almíbar que tenemos reservado.
Ponemos una capa generosa de dulce de leche sobre el bizcocho, extendemos y nivelamos.
Troceamos el merengue, en trozos relativamente pequeños, y ponemos una capa sobre el dulce de leche.
Ahora toca una capa de nata montada, también una capa generosa.
Por encima de la nata, ponemos parte de los melocotones troceados formando otra capa.
Ponemos otro bizcocho por encima, y vamos a presionar delicadamente, para que todas las capas se unan y acomoden un poquito.
Repetimos todas las capas, y finalizamos con el tercer bizcocho.
Repartimos la nata sobrante por toda la superficie de la tarta.
En el lateral, ponemos más trozos de merengue para adornar. Se quedarán perfectamente pegados a la nata.
Y en la superficie de la tarta, pondremos más melocotón formando la decoración que más nos guste.
Lista.