Pon a precalentar el horno a 160ºC y forra la base de la bandeja del horno con papel sulfurizado.
En un tazón grande, tamiza la harina, 160 gr del azúcar, la levadura y la sal. Mezcla bien con unas varillas. Reserva.
En un tazón pequeño, pon el aceite, agua, yemas, esencia de fresa y el colorante rosa (un poquito).
Bate las claras junto con el azúcar que tenías reservado hasta conseguir picos duros
Pon la mezcla de líquidos en el bol de los ingredientes secos, y mezcla con unas varillas hasta conseguir una crema suave y homogénea.
Pon la mitad de las claras montadas sobre la crema y mezcla de forma envolvente, ya sea con varillas o una cuchara de silicona. Una vez mezcladas, añade la otra mitad de las claras y repite. Termina de mezclar con la cuchara de silicona, raspando bien los laterales del bol y el fondo.
Extiende la masa en la bandeja alisándola bien. Hornea de 15 a 20 minutos, pincha con un palillo para saber si está cocido.
Pon la bandeja sobre una rejilla y si hay algo de masa pegada a la bandeja, pasa un cuchillo por todos los lados para que no haya nada pegado. Saca el bizcocho tirando del papel para ponerlo sobre la rejilla (el papel por debajo).
El bizcocho saldrá con la superficie un poco oscura, esa capa hay que quitarla. Se quita fácilmente raspando un poco, ya que está prácticamente suelta.
Pon otro papel por encima y aún estando caliente, enrolla uno de los laterales hasta la mitad, y luego el otro lateral hasta la mitad, sujeta el rollo con alguna goma y mételo al frigorífico hasta que enfríe. Hay fotos en la entrada para que veas como enrollarlo.
Mientras se enfría, monta la nata. Pon en el recipiente de la batidora de pie o en un bol grande la nata para montar, añade el azúcar impalpable y bate hasta conseguir que monta bien. Una vez que está montada, añade el queso de untar y vuelve a batir para distribuirlo bien. Reserva en el frigorífico hasta que la tengas que usar.
Una vez frío el bizcocho, ponlo sobre una superficie plana y desenrolla.
Cubre con una fina capa de mermelada de fresa y otra capa de nata para montar.
Enrolla nuevamente el bizcocho, despegando a la vez el papel del fondo. De un lado hasta la mitad y luego desde el otro lado hasta la mitad.
Corta el bizcocho enrollado en porciones, como si fuese una barra de pan y esas porciones las vas poniendo en una bandeja con papel de hornear al fondo. Puedes hacer la forma de corazón en ese momento apretando un poco el bizcocho por donde quieras modificar.
Funde el chocolate blanco al baño maría, y ponlo en una manga pastelera nueva. Corta la punta muy poquito, para que te salga una hilo fino de chocolate y ve poniendo chocolate por encima de los bizcochos, formando las lineas (se pueden observar en las fotografías). Pon una capa un poco gordita pero que deja ver un poco lo de abajo.
Antes de que se solidifique, termina de adornar con los sprinkles y la purpurina.
Lleva la bandeja al frigorífico, cuando se solidifique el chocolate, cubre con papel film o papel de aluminio y deja que reposen hasta el día siguiente. A disfrutar.