Unta el fondo y laterales de las flaneras con caramelo líquido. Reserva.
Pon la gelatina en polvo con 4 cucharadas de agua, para que se vaya hidratando.
En una cazuela, pon la leche, café soluble, azúcar y vainilla al fuego para que hierva.
Una vez que ha empezado a hervir, añade la gelatina que tenías hidratando y remueve para que se deshagan y se mezcle bien.
Pon esta mezcla en las flaneras pasándola por un colador.
Deja que se enfríe un poco, cubre el recipiente y llévalo a la nevera un mínimo de 8 horas, de un día para otro queda perfecto.
Para desmoldarlo perfectamente, pon agua muy caliente en un recipiente en el que puedas introducir el molde en el que hemos hecho el flan. Introdúcelo unos segundos, pasa un cuchillo o una espátula pequeña, y dale la vuelta donde vayas a servirlo.
Añade la nata montada si es lo que quieres, y listo, sirve el flan.