Lo primero es lavar las fresas, bajo el grifo y con las hojas sin quitar. Las secamos bien con papel absorbente y retiramos las hojas y el rabito.
Pinchamos estas con unos palos de brocheta por donde estaban las hojas, metiéndolo hasta la mitad de la fresa para que quede bien sujeto. Reservamos.
Deshacemos el chocolate al baño maría o en el microondas (como te resulte mas fácil).
Con ayuda del palo de brocheta y un cuchara, bañamos las fresas. Dejamos que escurra el chocolate sobrante, y pinchamos la brocheta en alguna superficie para que se mantenga de forma vertical. Tres fresas con el chocolate blanco, y tres fresas con el chocolate sabor caramelo. Llevamos al frigorífico para que endurezca el chocolate.
Una vez que el chocolate ha solidificado, sacamos las fresas y las dejamos reposar unos diez minutos, para que cojan temperatura ambiente y retirar alguna gota de humedad si se producen. Se retiran esas gotas con papel absorbente.
Fundimos nuevamente el chocolate que nos ha sobrado, y lo pasamos a una manga desechable. Cortaremos la punta de la manga para dejar una abertura pequeña, para que salga el chocolate en forma de hilo.
Hacemos las líneas dejando caer el chocolate y moviendo la manga de un lado a otro de forma rápida. Hacemos tantas líneas como nos guste.
Seguido espolvoreamos (mejor con un pincel) la purpurina, insistiendo por las lineas, para que se quede pegada.
Guardamos en el frigorífico hasta la hora de servir.