En un bol, bate la mantequilla derretida con el azúcar moreno y la azúcar blanca, hasta que se integren.
Añade la vainilla, y la calabaza, remueve hasta mezclar bien. Reserva.
En otro bol más grande, mezcla la harina, la sal, la levadura el bicarbonato y las especias. Mezcla con un batidor de varillas de mano.
Vierte los ingredientes húmedos (la mezcla de mantequilla con los azúcares y calabaza) en los secos. Mezcla con el batidor manual.
Agrega las chispas de chocolate, y con una cuchara de silicona intégralas en la masa. En un principio no se integran, es como si se separasen. Insiste, al final lo hacen.
Enfría la masa durante media hora.
Mientras, prepara una o dos bandejas con papel de horno en el fondo, o un tapete de silicona.
Precalienta el horno a 175ºC.
Divide la masa en 15 o 16 partes, y haz bolitas con ellas. Distribuye sobre la bandeja o bandejas de horno. Aunque no se expanden mucho, deja 3 o 4 cm entre una y otra.
Aplástalas un poco con el reverso de una cuchara y hornea de 11 a 12 minutos.
Retira la bandeja del horno, y déjalas reposar 10 minutos antes de pasarlas a una rejilla para que enfríen totalmente.
Según saques la bandeja del horno, si ves que no se han esparcido mucho, puedes aplastarlas un poco con una cuchara pequeña. Añade las chispas de chocolate ahora si quieres que se vean como en las fotos.
Deja que enfríen de un día para otro.