Batimos la mantequilla hasta que se vuelva crema.
Añadimos el azúcar, y batimos hasta integrarla.
Incorporamos el huevo, la esencia y la sal. Batimos a velocidad baja para incorporar, aunque no debemos buscar incorporarla completamente.
Añadimos la mitad de la harina, y mezclamos a velocidad baja. Iremos incorporando harina hasta que, a la batidora empiece a costarle mezclar. Es hora de pasarlo a un tapete de silicona, o a una superficie apta para seguir amasando.
Amasamos con las manos, y seguimos incorporando harina, (pero no más de los 420 gr). Vamos a notar y a ver como cambia la masa de aspecto. Se volverá suave, manejable, compacta..
Vamos a notar cuando la masa esté lista. La dejamos reposar 10 minutos, encima del tapete, antes de estirarla.
Para estirar la masa, primero la aplastamos un poco con las manos. Ponemos unas reglas en los laterales (he utilizado de 5 mm), un papel de hornear por encima de la masa, y con un rodillo la estiramos.
Iremos recortando lo que nos sobre del tapete, para estirarlo luego. Debemos estirarlo bien, dejando una superficie lo más plana posible.
Llevamos la plancha estirada al frigorífico, y la dejamos enfriar dos horas como mínimo.
Una vez fría, hacemos las figuras que queramos con los cortadores.
Mientras calienta el horno, las volvemos a llevar al frigorífico.
Calentamos el horno a 180ºC, y las horneamos de 6 a 8 minutos. Va a depender del tamaño de la galleta. Para saber que están horneadas, nos fijaremos en los bordes, cuando empiecen a dorar las sacamos.
Las vamos a dejar enfriar en la misma bandeja casi completamente. Si vemos que alguna galleta tiene alguna 'pompita' en la superficie, pasamos por encima una espátula de galletas o similar para aplastarla.
Las dejamos enfriar completamente antes de guardarlas en una lata de metal para conservarlas antes de decorarlas.