Lo primero es activar la levadura. Pon la levadura en el agua templada y bate hasta que se disuelva. Añade una cucharada de harina y mezcla bien. Tapa con un paño (sin que toque la mezcla) y deja que repose hasta que se active. La forma para saber que está activada, es que la mezcla se espesa y se forman burbujitas.
Una vez tengamos la levadura activa podemos seguir.
En el bol de la batidora o un bol grande, ponemos el resto de la harina, el azúcar, y la sal. Mezcla un poco para distribuir los ingredientes.
Luego añade la mantequilla derretida, la leche, el huevo y la levadura que se ha activado. Con el gancho en la batidora o con las manos si es de forma manual, mezcla hasta conseguir una masa elástica.
Forma una bola con esta masa y métela en un recipiente que este ligeramente engrasado con un poco de aceite. Tapa con film o un paño seco y deja reposar hasta que doble o triplique el tamaño.
Extiende la masa en una superficie enharinada, con ayuda de un rodillo, dejándola con un grosor de medio centímetro.
Corta la forma de un rectángulo y luego corta los triángulos.
Antes de enrollar la masa sobre si misma para formar las medialunas, pon una onza de chocolate en la parte por donde vas a empezar a enrollar la masa.
Forma las medialunas, y ponlas directamente en la bandeja donde vayas a hornearlas. Esta bandeja tiene que estar provista de papel de horno en el fondo.
Deja que reposen hasta que doblen el tamaño.
Enciende el horno a 180ºC, con calor arriba y abajo, sin ventilador. Mientras pinta con huevo batido y con un pincel de silicona de cocina la superficie de los bollitos, con mucho cuidado.
Hornea durante 15 minutos hasta que esté dorada la superficie. Sácalos del horno y déjalos enfriar sobre una rejilla. Espolvorea por encima un poco de azúcar glas y listos.