Empezamos preparando la mantequilla. En una cazuela baja o sartén con fondo claro (a poder ser), fundimos la mantequilla a fuego medio, hasta que esté dorada (7-8 minutos). Un dorado claro, que no se nos pase mucho, porque amargaría.
Lo pasamos a un plato hondo, y lo dejamos enfriar completamente.
Una vez que haya enfriado la mantequilla, ponemos a precalentar el horno a 180ºC, y preparamos las bandejas con papel de hornear.
En un recipiente grande, batimos la mantequilla con el azúcar a velocidad media-alta, hasta conseguir una crema suave.
Añadimos los huevos uno a uno, mezclando bien. Agregamos la vainilla y batimos.
En otro bol, mezclamos la harina, el bicarbonato y la sal, removemos un poco para que se mezclen.
Con la batidora a velocidad lenta, vamos añadiendo la mezcla de harina, bicarbonato y sal, hasta combinar todo.
Una vez combinado, agregamos las pepitas de chocolate y el toffe, y mezclamos para repartirlo.
Podemos hacer galletas grandes, tomando como medida una cuchara de servir helado, que tardarán unos 12 minutos en hornearse. Ó podemos hacer pequeñas, tomando como medida, una cucharada de las de medir, que tardarán unos 8 minutos en hornearse. (Las de las fotos son grandes).
Vamos formando bolitas con la masa, y poniéndolas en la bandeja con bastante separación unas de otras. Tenemos que tener en cuenta, que las galletas se van a quedar muy planas.
Horneamos hasta que se doren los bordes. Las sacamos del horno, y las pasamos a una rejilla para enfriar, ayudándonos con una espátula de galletas o algo similar, porque están muy blandas.
Una vez que estén completamente frías, ya las podemos utilizar con el helado. Que simplemente es, coger una bola de helado, la ponemos entre medio de las galletas, y aplastamos según nos permita el relleno.