Pon a calentar el horno a 175º C y prepara 3 moldes de 16 cm de diámetro con papel de horno en el fondo.
Lo primero es rallar el calabacín, y ponlo en un escurridor. Si ves que tiene mucho líquido, seca un poco el calabacín rallado con papel absorbente.
Exprime el limón, cuélalo y añádelo a la nata para montar. Remueve con una cuchara hasta que espese la nata. Reserva.
En un bol grande, pon los azúcares, huevos, aceite, vainilla y la crema que acabas de preparar. Mézclalo todo con varillas hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados.
Añade el calabacín rallado y vuelve a mezclar. Reserva.
En otro bol, pon la harina, cacao, bicarbonato, levadura, y sal. Remueve para que se mezcle todo bien.
Añade la mezcla en polvo sobre la mezcla del calabacín y bate con las varillas hasta mezclarlo todo bien.
Agrega las chispas de chocolate y distribúyelas con ayuda de una cuchara de silicona.
Reparte la masa entre los tres moldes que tienes preparados y hornea de 25 a 30 minutos.
Cuando estén horneados, deja que se enfríen en una rejilla unos 5 minutos. Pasa un cuchillo entre el molde y el bizcocho y después desmolda con cuidado. Son muy frágiles cuando están calientes. Deja que enfríen por completo.