Pon las claras junto con el azúcar, a calentar al baño maría. Remueve de vez en cuando con un batidor, para que resulte más fácil la disolución del azúcar.
De vez en cuando, comprueba si el azúcar se está disolviendo, para ello, coge un poco de las claras entre tus dedos, cuando no notes los granos del azúcar, estarán listas las claras.
Una vez que se haya disuelto todo el azúcar, pasa las claras al recipiente de la batidora, y ponlas a montar a velocidad alta.
Tardará un poco, ya que están calientes. Déjalas batiendo hasta obtener picos duros.
Una vez que estén las claras bien montadas (y el recipiente de la batidora frío), con la batidora a velocidad mínima, añadimos la mantequilla en trozos, de unos en uno.
Verás que los trocitos de mantequilla son cada vez más pequeños, y el merengue es más líquido, no te preocupes.
Cuando la mantequilla esté prácticamente toda deshecha, sube al máximo la velocidad de la batidora. Verás cómo la crema empieza a coger cuerpo y volverse una crema suave pero compacta.
Para la batidora, y baja la crema de los lados, y remueve el fondo. Añade la esencia de fresa, y el colorante (opcional). Vuelve a batir hasta que la esencia se haya repartido por toda la crema, un minuto de batido a máxima velocidad como mínimo.
Reserva a temperatura ambiente hasta que los bizcochos se hayan enfriado.
Montaje de la tarta.
Corta la parte de arriba de los bizcochos, para igualarlos.
En la bandeja donde vayas a servir la tarta, por un poco de crema en el centro, y pon un bizcocho encima. La crema inicial, ayudará a que no se mueva el bizcocho.
Pon una capa fina de crema de mantequilla suiza, extendiéndola y alisándola, por encima del bizcocho.
Repite con los otros dos bizcochos. Utiliza la mitad de la crema para poner entre los bizcochos, y la otra mitad para recubrir toda la tarta.
La primera capa que recubre la tarta, será fina. Es la capa ‘recogemigas’, sirve para pegar las posibles migas del bizcocho, y alisar o rellenar alguna zona, como entre las capas.
Lleva al frigorífico la tarta, para que endurezca la crema de mantequilla, y así poder alisar mejor la última capa. De 30 minutos a 1 hora, suele ser suficiente para que endurezca.
Distribuimos el resto de la crema por todo el exterior de la tarta, alisando el contorno y la parte superior. Ya está lista para adornarla.
No voy a poner la receta de la lámina de azúcar con la que yo he adornado mi tarta, porque aún no la tengo perfeccionada. En cuando la tenga, hago un post entero para ella.