Precalentamos el horno a 160ºC.
Preparamos los moldes, ponemos en el fondo papel de hornear, y engrasamos bien.
En un tazón grande, tamizamos junto la harina, 160 gr del azúcar, levadura y la sal, revolvemos un poco.
En un tazón pequeño mezclamos el aceite, el agua, las yemas y los extractos.
Ponemos a batir las claras a velocidad media, cuando empiece a espumar, añadimos el crémor tártaro (si lo vamos a echar). Cuando empiecen las claras a formar picos suaves, echamos el resto del azúcar, poco a poco y sin dejar de batir. Subimos la velocidad al máximo hasta que formen picos duros.
Mientras, echamos los líquidos en la mezcla de los ingredientes secos, y mezclamos hasta que sea una pasta suave.
Una vez montadas las claras, ponemos la mitad de ellas en la pasta suave que tenemos, y lo mezclamos suavemente, intentando no bajar demasiado las claras. Echamos el resto de las claras, y las mezclamos igual, hasta que quede bien uniforme y suave.
Lo pasamos a los moldes que tenemos preparados y horneamos unos 20 minutos, o hasta que introduciendo un palillo en el centro este salga limpio.
Cuando saquemos los moldes del horno, los ponemos que enfríen en una rejilla, y cuando los podamos manejar sin quemarnos, desmoldamos y dejamos enfriar completamente los bizcochos (sobre la rejilla enfriadora). Recordad que los bizcochos se van a desinflar, es así.