Empezamos precalentando el horno a 180ºC. Y preparamos el molde desmontable, de 20-22 cm, forrándolo con papel de aluminio (como se muestra en la foto).
Trituramos las galletas, y las mezclamos con las avellanas y las almendras. Mezclamos la vainilla con la mantequilla derretida, y lo añadimos a las galletas, removiendo todo muy bien.
Los ponemos en la base del molde y un poco por los laterales. Nos cercionamos que esté todo bien compacto. Horneamos 10 minutos a 180ºC.
Pasado el tiempo, sacamos el molde del horno y reservamos mientras se prepara la crema. Bajamos el horno a 150ºC.
En un bol grande, batimos los huevos junto con el azúcar, hasta que blanqueen, a velocidad media alta.
Incorporamos la nata, el yogur, y el queso, y batimos a la velocidad más baja que podamos. El queso tardará un poco en deshacerse, pero hay que tener paciencia.
Una vez conseguida un crema totalmente homogénea, la pasamos al molde, y este molde lo ponemos dentro de una bandeja que tenga un poco de agua, como dos centímetros. Y horneamos 90 minutos.
Una vez pasado ese tiempo, dejamos que enfríe completamente dentro del horno, sin abrir la puerta. Una vez completamente fría la tarta, ponemos una capa de mermelada, y la pasamos al frigorífico tres horas mínimo.