Empezamos preparando el molde. He utilizado un molde de 17 cm de diámetro, desmontable. Forramos los laterales, con papel de hornear, sólo los laterales, ya que el fondo nos hará de base donde servirla. Y vamos a forrar los laterales, para que nos sea más fácil a la hora de desmoldar.
Trituramos las galletas de canela, hasta volverlas prácticamente polvo. Añadimos la canela en polvo, y mezclamos. Incorporamos la mantequilla que tenemos fundida y mezclamos muy muy bien.
De esta pasta de galletas, ponemos 2/3 en el fondo del molde que tenemos preparado. Con la ayuda de una cuchara, ó con la base de un vaso (completamente plano), vamos formando una capa uniforme y bien prensada. La metemos en el frigorífico mientras preparamos la crema de queso. El resto de las galletas las reservamos.
En un bol, ponemos el queso y azúcar, mezclamos bien. Podemos hacerlo con varillas manuales o batidora. Añadimos el zumo de naranja, y volvemos a mezclar hasta conseguir una preparación uniforme.
En una cazuelita, ponemos la leche a calentar, añadimos gelatina en polvo. La disolvemos bien y la llevamos a ebullición. Una vez dé el primer hervor, la apartamos y la pasamos a un bol colándola, para que no haya ningún grumo.
Ahora pasamos la preparación del queso, al bol que tiene la leche con la gelatina, a través, nuevamente, de un colador. Mezclamos bien.
Pasamos esta preparación, al molde que tenemos en el frigorífico con la base de galleta. Volvemos a meterlo en el frigorífico hasta que empiece a cuajar.
En una hora más o menos, podremos poner la siguiente capa.
Hacemos la gelatina de naranja como indica el fabricante. Y cuando esté a una temperatura templada tirando a fría… ponemos una capa, (como de 1 cm), por encima de la crema de queso, que ya estará lo suficientemente cuajada, como para aguantarla. Y sobre esta capa de gelatina de naranja, distribuimos las galletas con canela y mantequilla que teníamos reservadas. Sí, se van a mojar y se van a hundir… 🙂 … eso es lo que tiene que pasar.
Metemos en el frigorífico, y lo dejamos varias horas, hasta que esté todo cuajado. Mejor de un día para otro. Sólo queda desmoldarla y probarla 😉 … sabrosísima… 🙂