Los pasos son iguales para todos los chocolates.
Empezamos derritiendo el chocolate al baño maría.
Ponemos a hervir la nata, y cuando esta de el primer hervor, la agregamos al chocolate que hemos derretido. Removemos hasta que se integren bien los dos ingredientes y añadimos la esencia y la mantequilla correspondiente. Mezclamos muy bien.
Tapamos con papel film, y lo llevamos al frigorífico hasta que este frío y sólido. Unas dos horas.
Una vez sólido, con la ayuda de una cuchara vamos cogiendo porciones. Yo he cogido la medida de una cucharadita (de repostería), o puedes ir pesándolo, como te sea más cómodo.
Las damos forma redondeada, y las hacemos rodar por el azúcar glass (el blanco y el caramelo), el azúcar glass combinado con el cacao (el chocolate con leche) o directamente por el cacao (el chocolate negro).
Ya sólo nos queda mantenerlas en el frigorífico, hasta una hora antes de servirlas más o menos, depende de la temperatura. No se tienen que ablandar mucho, pero tampoco las tenemos que servir recién sacadas del frigorífico, ya que estarían muy duras.