Pon a precalentar el horno a 180ºC y forra un molde de 26 cm.
Mezcla la harina con la levadura y reserva.
Saca los melocotones del almíbar y déjalos escurriendo en un colador. Reserva.
En un bol grande, bate los huevos con el azúcar normal y el azúcar avainillado hasta que aclaren los huevos.
Añade la leche y el aceite y bate.
Tamiza la harina con la levadura y bate hasta que se integre. Con una espátula de silicona, termina de integrar la harina que haya quedado en los bordes y el fondo del molde.
Pon la masa en el molde dejándola bien extendida.
Corta en rodajas los melocotones que tienes escurriendo y distribuye estas rodajas por la superficie de la masa. Tienes que meter la parte mas fina en la masa, como si los pusieses para abajo. Tienes que cubrir toda o casi toda la superficie.
En un bol, pon las cuatro cucharadas de harina junto con el azúcar y mezcla.
Añade la mantequilla fría y con los dedos ve mezclando, rompiendo la mantequilla al rozarlo con el azúcar y la harina. Hasta que queden trocitos pequeños. No hay que amasar, no se busca una masa compacta, se busca una masa suelta que parezca arena gruesa.
Distribuye por toda la superficie.
Hornea 30 - 35 minutos, pincha con un palillo para saber si está horneada (si sale limpio está horneada).
Sáca del horno, y cuando ya no queme tanto el molde, desmolda el bizcocho y deja que enfríe sobre una rejilla.
Espolvorea un poco de azúcar glas por encima cuando ya esté frio. Listo para servir.