Ponemos en una cazuela el agua y el azúcar, removiendo hasta que empiece a hervir. Ponemos dentro el termómetro de azúcar, y dejamos hasta que suba a 120ºC.
Mientras, ponemos a montar las claras a punto de nieve.
Cuando el termómetro haya alcanzado los 120ºC, retiramos la cazuela del fuego y vertemos el almíbar lentamente sobre las claras montadas. Debemos tener cuidado de no echarlo sobre las varillas de la batidora para que no se endurezca, mejor sobre la pared del bol.
Seguimos batiendo a máxima velocidad hasta montarlo. Debe quedar brillante, duro y tibio.
Repartimos el merengue en cuatro recipientes, y les añadimos el saborizante, SÓLO 1 gota, y el color correspondiente (limón-amarillo, naranja-naranja, almendras dulces-azul, fresa-rojo).
Ponemos uno de los merengues en una manga pastelera provista de una boquilla redonda grande, y vamos formando la figura (2-3 vueltas sobre si misma subiendo), en las galletitas saladas. Repetimos con todos los merengues.
Ponemos a derretir el chocolate al baño maría, sea solo o con la cucharada de aceite vegetal. Y una vez frío pero líquido, y con ayuda de una cuchara, bañamos los merengues, intentando tapar todos los lados. Y los vamos dejando en una rejilla, para que termine de escurrir el sobrante.
Repetimos con todos, y hacemos lo mismo con el chocolate blanco.
Cuando hayan escurrido el sobrante, los pasamos con ayuda de una espátula a una bandeja provista de papel de horno y que quepa en el frigorífico. Los dejamos dentro hasta que endurezca el chocolate.
Una vez endurecido, y con la glasa ya preparada en mangas con boquillas redondas del nº3, empezamos a formar los ojos, sonrisas y lacitos. (O como queramos, evidentemente :) ).